Cuando en un país entra en la época electoral, es donde florecen los fanáticos ideológicos y religiosos, personas que al demostrar su debilidad mental son llevadas fácilmente al redil de la obediencia, el odio y la esclavitud.
Época donde se hace alarde de la cacareada democracia, salen candidatos por doquier, formando una feria de ideologías, propuestas, promesas y proyectos, que la única base que tiene es la lastima que demuestra el elector.
La coalición en la política… Este ejerció dentro de la democracia lo único que logra es la deformación de las ideas y de las diferentes ideologías, sólo para conseguir su único fin que es el poder.
En estas alianzas se unen la moral y lo inmoral, la ética y el desorden, la honradez y la corrupción, todo por la ambición de tener poder y el dominio frente a una futura elección, la trampa de la coalición es terrible.
Las coaliciones hacen que la esencia de la idea o ideología se pierda y se distorsione sólo por interés de obtener el poder, en estas coaliciones no importa si se es capitalista, mercantilista o socialistas . ¿El fin justifica los medios?
En una elección los candidatos o partidos políticos que defiendan su ideología hasta el fin, son dignos de respeto y admiración, ya que ese punto hay que ser radical y demostrar que si se quiere llevar un proyecto sin necesidad de malas alianzas para conseguir el poder.
La coalición en la política, la mayoría de las veces demuestra debilidad en vez de fortaleza, es por eso que las revoluciones políticas deben ser tajantes y dictatoriales, el complacer a todos en una sociedad sólo lleva al fracaso y la corrupción.
Un candidato o partido decente, mostrar su proyecto sin miedo a la crítica o al rechazo, cuando en la idea brilla la razón, la cordura y la sensatez no hay porque dar un paso atrás ni buscar aliados y mucho menos cómplices.
La “democracia” ha acostumbrado al ciudadano a aceptar alianzas en busca del bienestar común y la máxima felicidad posibles, palabras populistas y socialista.
En una elección que de verdad se busca un cambio, no se puede buscar complacer a todo el mundo, en este punto hay que recordar dos frases del primer ministro Winston Churchill, la primera fue cuando dijo “ Lo único que les ofrezco es sangre, sudor y grimas” y la otra “Algunos hombres cambian de partido por el bien de sus principios; otros cambian de principios por el bien de sus partidos”.
Si queremos cambiar el rumbo de nuestro país hay que ser radical frente a nuestras ideas, dejando a un lado la lastima y el pesar.
“Un país cambia, cuando no se tiene compasión del que quiere vivir del trabajo del otro”
Luis F. Cordoba Reyes.
@lfcr81
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